Consejo 51

Khenchen Könchok Gyaltsen Rinpoche

El supremo vehículo vajra es como el soberano de los elefantes.
En un instante, sin dificultad, otorga la iluminación completa.
Es la esencia de las enseñanzas.
Este es el consejo de mi corazón.

En este verso, el autor comienza sus comentarios sobre las enseñanzas del Vehículo Vajra.
La práctica del Vehículo Vajra se compara aquí con el soberano o líder de los elefantes. Con cuidado y sin error, este elefante reúne a su manada y la guía hacia la mejor hierba y agua.
Los elefantes de la manada son una metáfora del Dharma que ya hemos estudiado y practicado según el sistema sūtra.
Cuando estas enseñanzas se combinan con los métodos del Vehículo Vajra, se puede alcanzar rápidamente la iluminación.
Las prácticas del Vehículo Vajra, o tantra, se inician al recibir una iniciación, o abhisheka. Si una práctica de meditación requiere una iniciación, se clasifica como práctica tántrica. Si no requiere una iniciación, se clasifica como sūtra.
La meta última, la iluminación, es la misma tanto en sūtra como en tantra.
En ambos sistemas, es necesario enfrentar grandes obstáculos y condiciones adversas con valentía inquebrantable.
Sin embargo, el Vehículo Vajra ofrece métodos y habilidades avanzadas para alcanzar la budeidad de manera más fácil y rápida.
Existen relatos de bodhisattvas como Sadaprarudita, quien alcanzó el octavo o décimo bhūmi en una sola vida mediante la práctica del sūtra.
Pero la mayoría de los maestros dicen que alcanzar la budeidad a través del sistema sūtra toma mucho tiempo, tres incontables kalpas o más.
En el Vehículo Vajra, se puede alcanzar la iluminación en una vida, o en un máximo de siete o dieciséis vidas.
Tradicionalmente, en el camino del bodhisattva se deben soportar muchas dificultades, como el desapego al propio cuerpo mientras aún se está inmerso en percepciones ordinarias.
Mediante los métodos del Vehículo Vajra, nuestro cuerpo ordinario se transforma en el “cuerpo” de un Yidam iluminado cuya naturaleza es inseparable de la apariencia-vacuidad.
Esto nos permite perfeccionar la práctica de liberarnos del apego al cuerpo ordinario sin necesidad de entregar partes de él a otros.
El sistema sūtra incluye prácticas de ayuno y arduas dificultades físicas.
En el sistema del Vehículo Vajra, la comida y la bebida se utilizan como una rueda de acumulación, o una ofrenda a los Yidams. Aquí, no nos apegamos a la comida y la bebida por placer propio, sino que las usamos como ofrenda.
Cuando percibimos a todos los seres como Yidams iluminados, desarrollamos una mente libre de apego y odio. En esta práctica de transformación, la fijación y el aferramiento al yo se purifican por completo.
El Vehículo Vajra es llamado el vehículo del “fruto” porque en él se practica repetidamente manifestarse en la forma del Yidam iluminado, que es el objetivo último a alcanzar. En contraste, el sistema sūtra es llamado el vehículo de la “causa”, porque en él se practican estados ordinarios para crear las causas de la budeidad. Todos los budas del pasado, presente y futuro han alcanzado y alcanzarán la budeidad mediante el camino del Vehículo Vajra.
Para alguien con coraje indomable, gran habilidad y una capacidad suprema para comprender los métodos del Vehículo Vajra, el resultado se logra completamente en poco tiempo. Por ello, el Vehículo Vajra es llamado el vehículo supremo. En el tantra, el término “vajra” se usa con frecuencia—como en Vehículo Vajra, maestro vajra, discípulo vajra, infierno vajra, samaya vajra, semilla vajra y vaso vajra, por ejemplo.
En todos los casos, “vajra” se refiere a la vacuidad, que impregna el tiempo sin principio y no puede ser destruida. Incluso si uno está completamente confundido por la ilusión, esa naturaleza sigue presente. En el momento en que uno vislumbra esta verdad atemporal, toda confusión se disuelve. Por ello, el Vehículo Vajra es considerado el método supremo que capta la sabiduría primordial.
El tantra se clasifica comúnmente en cuatro tipos:
El Tantra de la Acción, que enfatiza la pureza física y la purificación mientras se mantiene internamente una práctica de unión con la realidad fundamental del Yidam en la que el yidam es visto como muy superior a uno mismo.
El Tantra de la Conducta, que enfatiza la disciplina verbal y la recitación mientras se mantiene mentalmente una práctica de unión con la realidad fundamental del Yidam en la que el yidam es visto como un amigo cercano.
El Tantra de Unión, que enfatiza la disciplina mental y la unión con el Yidam.
El Tantra de la Unión Insuperable en el que todo se transforma en el estado iluminado mediante las prácticas de chakras, vientos sutiles, y otras técnicas utilizando las etapas de surgimiento y consumación.
Cada método madura a sus practicantes según sus propias necesidades y capacidades.
Por ejemplo, el Tantra de la Acción es útil para quienes se preocupan más por las apariencias externas y los rituales. El Tantra de la Conducta comparte características con el Tantra de la Acción y el Tantra de la Unión y es más eficaz para aquellos interesados en procesos tanto externos como internos.
Algunos, despreocupados por las apariencias externas, se enfocan en el desarrollo yóguico interno, para ellos se enseñan los Tantras de la Unión.
El Tantra de la Unión Insuperable se enseña a quienes pueden meditar en un estado donde el método y la sabiduría son indistinguibles.
Anteriormente, en el comentario al verso 33, se describió la naturaleza general o externa del refugio —el Buda, el Dharma y la Sangha. Aquí, es bueno comprender el refugio interno del Vehículo Vajra. Los maestros raíz y de linaje, o lama, son percibidos como budas. Los yidams son vistos como el Dharma. Los Caminantes del Espacio y los protector del Dharma son conocidos como la Sangha.
Cuando recitamos las plegarias de refugio según el sistema del Vehículo Vajra, visualizamos el campo de refugio de la siguiente manera:

Yo y todos los seres sintientes tomamos refugio en los lama raíz y de linaje.
Vamos por refugio en el maṇḍala de los yidams.
Vamos por refugio en todos los budas exaltados.
Vamos por refugio en el sublime Dharma.