Un día moriremos; nadie puede escapar de este destino. Las 37 Prácticas de los Hijos de los Victoriosos dicen:
“La conciencia, el huésped, abandonará la casa de huéspedes del cuerpo”.
Cuando morimos, debemos dejarlo todo atrás, por lo que no tiene sentido aferrarse a esta vida.
Deberíamos preguntarnos: “¿Realmente importa si estoy preparado para la muerte o no? ¿Por qué es importante recibir instrucciones sobre cómo morir?”. Al recibir estas instrucciones, aprendemos que nuestra conciencia debe abandonar el cuerpo a través de la coronilla en el momento de la muerte. Si no sabemos esto, seremos arrastrados por los venenos mentales como el odio, el deseo obsesivo, confusión y envidia. En este estado de confusión, carecemos de autonomía. Estamos controlados por los venenos mentales, lo que hace que la conciencia salga del cuerpo a través de una de las ocho puertas impuras que conducen al nacimiento en la existencia samsárica. Toda felicidad y sufrimiento dependen del karma, la causa y el efecto. Es crucial utilizar el poco tiempo que tenemos en este mundo para darle sentido a nuestra vida.
A través de experimentar el sufrimiento, desarrollamos confianza en las enseñanzas del Buda. La naturaleza de la existencia samsárica es el sufrimiento. La raíz de todo sufrimiento es el aferramiento al yo, lo cual solo puede ser destruido por el altruismo y la compasión. Cuantas más personas den origen al amor, mejor será el mundo. No hay nada más importante que morir con amor. Eso es todo lo que necesitamos llevar con nosotros en la muerte. Las Tres Joyas protegen a aquellos que mueren con la bodhicitta.
El sufrimiento y el dolor se experimentan principalmente en el cuerpo. El cuerpo es impermanente, un fenómeno compuesto creado por la mente a través de las tendencias habituales. Realmente no somos el cuerpo. Apegarse a la comodidad física y tener aversión hacia el malestar es una ilusión de la mente. Después de la muerte, ya no tenemos un cuerpo físico, pero experimentamos un sufrimiento más intenso en el estado intermedio. Al soltar el apego y la aversión en esta vida, evitamos experimentar las temibles apariencias del estado intermedio. Por eso es importante reflexionar una y otra vez sobre la naturaleza de los sueños. La habilidad para reconocer la carencia de esencia de los venenos mentales mientras estamos vivos nos acompaña más allá de la muerte, permitiéndonos también reconocer la carencia de esencia del estado intermedio. Sin embargo, si los venenos mentales nos controlan y acumulamos karma negativo, entonces, debido a la impresión en la mente, las aterradoras apariencias del estado intermedio parecerán reales.
La vida es como un sueño fugaz. La muerte y quedarse dormido son similares. El cuerpo muere, pero la mente no. Debido a que creemos que los venenos mentales son reales, creamos un cuerpo en el futuro. Nacemos y morimos innumerables veces. Al no aferrarnos a las apariencias que surgen, nos liberamos y logramos el permanente estado del Sostenedor de la Conciencia No Dual. Sin embargo, el conocimiento por sí solo no nos liberará; debemos experimentar que el sufrimiento no es más que un pensamiento, un hábito. Al adquirir la experiencia de que los pensamientos habituales no existen realmente, nos damos cuenta de que la muerte es solo un pensamiento habitual. Si no nos aferramos a la verdad de estos pensamientos, alcanzaremos el cuerpo permanente del Yidam. Recuerden esto en el momento de la muerte.
Nuestros únicos amigos verdaderos y constantes son las Tres Joyas, el lama y los Yidams. Todos los compañeros de este mundo son impermanentes; no podemos continuar con ninguno de estos después de la muerte. Así que se deben detener los pensamientos negativos y suplicar al Yidam y al Guru. No se preocupen demasiado por la muerte, esto solo crea más sufrimiento. Cambien los pensamientos negativos y piensen en tārā o en cualquier otra Yidam en su lugar. Preocuparse por la muerte no trae ningún beneficio. Todos moriremos algún día, por lo que es inútil preguntarse cuándo ocurrirá. Cuando llegue el momento kármico, moriremos. No podemos decir que no estamos listos para morir; no hay un momento adecuado para morir. No tenemos elección porque es el karma. Si no es tu momento, no morirás, incluso si crees que lo harás. Así que dejen de preocuparse y permitan que el karma se desenvuelva.
Mi práctica de la Transferencia de Consciencia en el momento de la muerte, es de dos tipos: en primer lugar, está la Bodhicitta la Transferencia de Consciencia del altruismo y la compasión, que se basa en Las 37 Prácticas de los Hijos de los Victoriosos.
En segundo lugar, practico la Transferencia de Consciencia del cuerpo del dharma: descansar en la esencia de la mente. Práctico a tārā día y noche, todo el tiempo, para ayudar a mis discípulos y a todos los seres sintientes. Si recitan al menos algunos mantras de tārā, podrán conectarse con mi práctica y podré ayudarles. Incluso si no practican nada, mis oraciones aún ayudan, pero su poder para beneficiar no será tan fuerte. Por lo tanto, deben hacer su parte y practicar.
Recuerden la preciosa vida humana por la mañana al despertar, recuerden el karma a lo largo del día y recuerden la muerte y la impermanencia por la noche antes de ir a dormir. También deberían tomar las pastillas de bendición (dutsi) todos los días. Tomen una pequeña cantidad debajo de la lengua cada noche antes de acostarse. Estoy enviando millones de tārās para ayudarles a ustedes y a todos los seres.