La impermanencia es uno de los mejores temas en los que enfocarse. Es una enseñanza muy profunda. Algunas personas piensan que es algo elemental y que solo las enseñanzas superiores, como el Gran Sello, la Gran Perfección y los Tantras Avanzados, son profundas. Pero la impermanencia es mucho más profunda e importante que cualquier otra enseñanza.
Cuando realmente tienes un sentido de la impermanencia y alguien te causa un problema, dirás en tu mente: “Oh, es momentáneo. Cambiará. ¿Por qué debería molestarme?”
Cuando estamos apegados a algún objeto o a cosas buenas y tenemos la impermanencia en la mente, los veremos como temporales, momentáneos, como un arcoíris. Estas enseñanzas hacen que la mente sea más estable.
Puedes observar la impermanencia desde dentro y desde fuera. Desde fuera, observa cuántos grandes maestros espirituales y líderes políticos han vivido; lee la historia de cada país y verás. Ahora, nadie, nada existe. Todos se han ido.
Incluso Buda, que alcanzó la iluminación suprema y tuvo la forma completa de sabiduría y compasión, también pasó. Podemos verlo aquí y ahora.
Usualmente nuestra mente no está con nosotros; normalmente está en otro lugar, siempre proyectándose aquí y allá. Eso hace difícil estar consciente. Si la mente permanece donde está el cuerpo, tal vez sea un poco más fácil ser consciente de estas cosas.
En el texto del Camino Medio, hay un análisis sobre venir e ir. Básicamente, esto lleva a la idea de la impermanencia. ¿Qué es realmente venir o ir? ¿Puede haber realmente venir o ir?
Lo que se ha ido, se ha ido; no existe aquí y ahora. ¿Cómo podemos decir que existe? El futuro está viniendo, pero aún no ha llegado; no está aquí y ahora. Entonces, ¿cómo podemos decir que existe?
Entonces, ¿cómo podemos decir que hay venir e ir? Es como una hermosa “flor del cielo”. Suena tan bien, pero no existe. Este análisis genera una mente muy sutil.
Como cuando mueves las cuentas de un mala: lo que ya se ha movido, se ha movido; lo que no se ha movido aún, no se ha movido. No hay un punto intermedio. Si analizas con cuidado, eso es la impermanencia.
En la mente, un pensamiento es un pensamiento; una vez que se ha ido, se ha ido. Cuando piensas de nuevo, no es el pensamiento anterior, es uno nuevo. Lo que fue pensado ya no está; el nuevo pensamiento aún no ha llegado. En medio, no hay nada.
Esta es la enseñanza del Gran Sello. La impermanencia es una enseñanza muy profunda. Deberíamos meditar en este estado tan sutil.
Cuando mantenemos el sentido real de la impermanencia en la mente, nos ayuda a liberarnos de la ignorancia. Nos ayuda a liberarnos de la aversión, la ira, el odio y el resentimiento, así como del aferramiento, el deseo, el orgullo y los celos.
Ayuda a centrar la mente en un solo lugar. Eventualmente, cuando uno es más y más consciente de ello, finalmente tiene la capacidad de realizar las enseñanzas del Gran Sello.
La impermanencia nos permite darnos cuenta de que todo está en un estado temporal, siempre cambiante; momentáneo y nada es sustancial, sólido o concreto. Ese es el inicio del Gran Sello y una enseñanza muy profunda.